encabezado

Tema: El reino de Dios | Fecha: 60 d.C. | Autor: Mateo (Levi) | Lugar: Palestina

San Mateo 5

El Sermón del monte: Las bienaventuranzas

(Lc. 6.20-23)

1 - Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.

2 - Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:

3 - Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

4 - Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

5 - Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

6 - Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

7 - Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

8 - Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

9 - Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

10 - Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

11 - Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.

12 - Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

La sal de la tierra

13 - Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

La luz del mundo

14 - Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

15 - Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.

16 - Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Jesús y la ley

17 - No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.

18 - Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.

19 - De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.

20 - Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Jesús y la ira

(Lc. 12.57-59)

21 - Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.

22 - Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

23 - Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,

24 - deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

25 - Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.

26 - De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.

Jesús y el adulterio

27 - Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.

28 - Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

29 - Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.

30 - Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.

Jesús y el divorcio

31 - También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio.

32 - Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.

Jesús y los juramentos

33 - Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos.

34 - Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;

35 - ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.

36 - Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.

37 - Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.

El amor hacia los enemigos

(Lc. 6.27-36)

38 - Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.

39 - Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;

40 - y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;

41 - y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.

42 - Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.

43 - Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.

44 - Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

45 - para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

46 - Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?

47 - Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?

48 - Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.