El libro cuenta la historia de una familia israelí que, obligada por el hambre en su tierra natal, intenta sobrevivir en Moab, un país cercano. Son la familia de Elimelech, su esposa Naomi, y sus dos hijos, Malhón y Quilión.
Poco después de su llegada a Moab, Elimelech muere. Los hijos de la viuda de Noemí se casan con mujeres moabitas, pero luego ambos hijos mueren. El accidente acompaña a esta familia: Noemí se queda atrás sin marido, sin hijos y llena de amargura.
Naomi decide regresar a su tierra natal. Ruth, una de sus nueras, se acerca a ella. Ella se dirige a Noemí con las siguientes palabras, que se han hecho conocidas por su lealtad y amor (1:16-17): "No me pidas que te deje, ni me ruegues que te deje. A donde tú vayas yo iré, y donde tú vivas yo viviré: "Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.
Donde tú mueras, yo moriré, y allí seré enterrado. "Que Dios me castigue si te dejo en la estacada, porque nada puede separarnos; nada, ni siquiera la muerte. Rut ya se casa con Booz, uno de los parientes más cercanos de su difunto esposo, en la tierra de Israel, cuidando así el bienestar y la continuidad de su familia. Rut se convertiría en la bisabuela del rey David, de cuya familia nacería Jesús, el salvador del mundo.