Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable.
Unos 100 años antes, el profeta Jonás Nínive había visitado y advertido del juicio futuro de Dios. La gente escuchaba y se convertía, y Dios perdonaba a la ciudad. Pero con el paso del tiempo, Nínive se convirtió en otra ciudad malvada, marcada por el asesinato, la crueldad, la idolatría y la injusticia social.
Nínive es la capital del Imperio Asirio, que ahora es la nación más poderosa y aparentemente invencible del mundo. Pero nadie puede resistirse a Dios, el soberano de toda la tierra. Según Nahum, esta orgullosa y poderosa nación será destruida a causa de los pecados de Nínive. El final llega dentro de 50 años.
Nahum comienza con una descripción clara del carácter del Señor. Es recto y justo. Es paciente y poderoso. Es clemente con todos los que le responden, pero derriba a todos los que se rebelan contra Él. Dios es santo, y Nínive es condenada por su pecado.
Nahum describe como se producirá la destrucción. Los atacantes (medos y babilonios) causaran una gran confusión en la ciudad. Las personas intentarán huir y serán tomadas cautivas. Todas las riquezas de la ciudad serán saqueadas. Dios promete que la destrucción será completa. Asiria será totalmente destruida y nunca regresará, pero Judá será restaurada.
En una serie de acusaciones, Nahum explica las razones por las cuales Dios castigara a Nínive. El hecho de que las personas de la ciudad sean tan malvadas revela que el juicio de Dios es merecido.
Fuente: Guia bíblica esencial (JIM GEORGE)
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