Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
Recién llegado de Jerusalén a su iglesia en Antioquia, donde el tema de que solo la fe en Cristo proporciona la salvación ha sido reafirmado, a Pablo le impactan unas noticias angustiosas. Escucha que muchos de los gálatas que se habían hecho cristianos durante su primer viaje misionero han caído presa de la herejía que dice que los creyentes gentiles deben someterse a todas las leyes mosaicas antes de poder convertirse en cristianos.
Pablo escribe inmediatamente esta carta para defender la justificación solo por fe y advierte a las iglesias de Galicia sobre las fatales consecuencias de abandonar el evangelio puro de Cristo como único medio de salvación.
Preocupación por el evangelio puro
Pablo comienza amonestando a las iglesias de la ciudad del sur de Galicia, Antioquia, Iconio, Listra y Derba (Hch. 13:14-14:23). Las previene sobre los que no enseñan el evangelio de la fe solo en Cristo. Estos maestros añaden el evangelio la observancia del ritual religioso diciendo que estas buenas ¨obras¨ son necesarias para complacer a Dios.
Pero esto es legalismo, el cual busca ganar la aprobación de Dios mediante las obras. Cristo, explica Pablo, ya ha hecho por nosotros todo lo necesario para nuestra salvación.
Defensa del evangelio puro
Pablo señala a Abraham, el gran líder del Antiguo Testamento, y esencialmente dice: ¨Abraham no se salvo cumpliendo los requerimientos religiosos, sino creyendo en Dios¨. Como Abraham creta, Dios le otorgo rectitud. Pablo explica que obedecer la ley no puede salvar a nadie. De hecho, solo condena a las personas a ser pecadoras, Los cristianos se hacen rectos con Dios no mediante la ley, sino por la gracia de Dios, que garantiza a salvación y la libertad en Cristo.
Libertad del evangelio puro
Pablo enseña a los gálatas cristianos que han de disfrutar de la libertad en Cristo y no ser esclavizados intentando ganarse el favor de Dios mediante la observancia religiosa o las buenas obras. La verdadera bondad no procede del esfuerzo personal, sino de someterse al Espirito Santo para que El pueda crear el fruto de la rectitud en nuestra vida.
En lo que se refiere a tener un buen modo de vida cristiano, nadie puede presumir de su éxito, solo de la cruz de Cristo. El hizo que todo fuera posible.
Fuente: Guia bíblica esencial (JIM GEORGE)