Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina [de Cristo], no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! Participa en sus malas obras.
El apóstol Juan todavía está enfrentándose al mismo problema que trato en su primera epístola: los falsos maestros. En esta segunda carta, Juan esta preocupado por el ministerio itinerante que los falsos maestros llevan a cabo para tratar de convertir a algunos de las distintas iglesias que están bajo la autoridad de Juan. El apóstol le escribe a una mujer en especial que sin saberlo o de forma imprudente parece haber ofrecido su hospitalidad a estos falsos maestros. Juan teme que ellos se estén aprovechando de su amabilidad y le advierte que no se muestre hospitalario con estos engañadores.
Saludo
Juan se llama a si mismo “el anciano” cuando envía sus saludos a una “señora elegida” desconocida y a sus hijos. Como en todos sus escritos, Juan dice que una relación cristiana con dios es vivir en verdad y amor.
Elogio
El apóstol elogia a sus lectores porque caminan obedeciendo a Dios. Les recuerda que el mandamiento de ser hospitalario debe practicarse amándose unos a otros.
Advertencia
Ahora Juan advierte a sus lectores que tengan cuidado con lo engañadores que no afirman que Jesucristo realmente ha venido en carne.
Son “anticristos”, explica, así que no hay que ser en absoluto hospitalarios con ellos. Ni siquiera hay que saludarlos para no participar en sus malas obras.
Bendición
Juan termina esta breve carta diciendo que tiene mas que decir, pero que esperara hasta cuando vaya a ellos para compartir sus pensamientos, para que su gozo sea completo.
Fuente: Guia bíblica esencial (JIM GEORGE)