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Tema: El Hijo de Dios | Fecha: 80-90 d.C. | Autor: Juan, el discípulo a quien Jesús amaba | Lugar: Palestina

San Juan 6

Alimentación de los cinco mil

(Mt. 14.13-21; Mr. 6.30-44; Lc. 9.10-17)

1 - Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias.

2 - Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos.

3 - Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos.

4 - Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos.

5 - Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?

6 - Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer.

7 - Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco.

8 - Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo:

9 - Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?

10 - Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones.

11 - Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.

12 - Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.

13 - Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido.

14 - Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.

15 - Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.

Jesús anda sobre el mar

(Mt. 14.22-27; Mr. 6.45-52)

16 - Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar,

17 - y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos.

18 - Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba.

19 - Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo.

20 - Mas él les dijo: Yo soy; no temáis.

21 - Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra adonde iban.

La gente busca a Jesús

22 - El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos.

23 - Pero otras barcas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor.

24 - Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús.

Jesús, el pan de vida

25 - Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?

26 - Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.

27 - Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

28 - Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?

29 - Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

30 - Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces?

31 - Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.

32 - Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.

33 - Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.

34 - Le dijeron: Señor, danos siempre este pan.

35 - Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

36 - Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.

37 - Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.

38 - Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

39 - Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

40 - Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

41 - Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.

42 - Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?

43 - Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros.

44 - Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.

45 - Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.

46 - No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre.

47 - De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.

48 - Yo soy el pan de vida.

49 - Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron.

50 - Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera.

51 - Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

52 - Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?

53 - Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.

54 - El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

55 - Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

56 - El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.

57 - Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.

58 - Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.

59 - Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum.

Palabras de vida eterna

60 - Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?

61 - Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?

62 - ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?

63 - El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

64 - Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.

65 - Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.

66 - Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.

67 - Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?

68 - Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

69 - Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

70 - Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?

71 - Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.